domingo, 23 de julio de 2017

Reflexiona sobre estas cosas; hállate intensamente ocupado en ellas (1 Tim. 4:15).

Debemos meditar en lo que vamos a decirles a nuestros estudiantes de la Biblia. Podemos pensar en una pregunta de punto de vista o en un ejemplo que se adapte a las necesidades particulares de cada uno. Además de ayudarnos a ser maestros más hábiles y entusiastas, esta preparación fortalecerá nuestra fe. La meditación también nos permite preparar el corazón antes de salir a predicar (Esd. 7:10). 


 Por ejemplo, lea un capítulo del libro de Hechos; así sentirá más entusiasmo por el ministerio. Algo que también le ayudará es pensar en los versículos y las publicaciones que piensa usar durante ese día, así como en las personas que viven en su zona y los temas que más les interesan (2 Tim. 1:6).



Si se prepara a conciencia, podrá usar la Palabra de Dios de manera efectiva en la predicación (1 Cor. 2:4). w15 15/10 4:9

No hay comentarios.:

Publicar un comentario